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Cuando Más No Es Necesariamente Mejor: ¿Se puede sobrepasar la protección auditiva?

Cuando Más No Es Necesariamente Mejor: ¿Se puede sobrepasar la protección auditiva?

La exposición a ruidos excesivos es una de las causas más comunes de la pérdida de audición. Los sonidos fuertes pueden dañar las estructuras sensibles del oído interno, causando pérdida de audición inducida por el ruido (NIHL) y zumbidos (pitidos en los oídos). Ambas son patologías incurables, pero prevenibles.

NIHL afecta a millones de trabajadores. De acuerdo con los National Institutes of Health, entre el 16% y el 24% de todos los casos reportados alrededor del mundo de pérdida auditiva son causados por exposición a niveles de ruido nocivos en los sitios de trabajo.

La NIHL ocupacional puede afectar negativamente la calidad de vida de un individuo y se ha asociado a un mayor riesgo de lesiones, ya que los trabajadores que pierden su capacidad de captar las señales acústicas de su entorno pueden encontrarse en situaciones peligrosas. Sería fácil pensar que cuanta más protección auditiva se pueda conseguir para evitar la NIHL, mejor, ¿verdad? Pues no es así. Existe el exceso de protección, que se denomina sobreprotección.

Reducir el sonido ambiental en exceso puede perjudicar la percepción de la situación, dejando a los trabajadores vulnerables a los riesgos laborales. Por ejemplo, un empleado que no puede oír el sonido de una alarma o la aproximación de un vehículo puede estar en grave peligro. La sobreprotección puede contribuir a que los trabajadores se lesionen o cometan errores al realizar sus tareas. Otra consecuencia de la sobreprotección es que los trabajadores pueden experimentar dificultades de comunicación porque no están tan "presentes" y conscientes de su entorno, lo que a su vez puede conducir al aislamiento social y, finalmente, a la insatisfacción laboral.

La sobreprotección explicada

De acuerdo con la Occupational Safety and Health Administration (OSHA), se requiere un programa de conservación auditiva “Siempre que la exposición de los empleados al ruido sea igual o superior a un nivel sonoro medio ponderado en el tiempo (TWA) de 8 horas medido en la escala A (respuesta lenta) o, de forma equivalente, a una dosis del cincuenta por ciento.”

Cualquier protección que reduzca los niveles de sonido tan por debajo del nivel de acción de 95 dB definido por la OSHA que interfiera con la comunicación puede considerarse una sobreprotección. El protector auditivo ideal lleva los niveles de ruido peligrosos a un rango seguro pero perceptible de 70-85 dB. El uso de un tapón auditivo con una calificación de 33 NRR (la calificación de reducción de ruido más alta disponible) para proteger contra niveles de ruido de 90 dB (el mínimo para el que se requiere protección) reduciría potencialmente los niveles de sonido a 57 dB, lo que se considera sobreprotección.

Entonces, ¿qué pueden hacer los empleadores para asegurarse de que la audición de un trabajador está protegida, pero no sobreprotegida?

  1. Medir los niveles de ruido en el lugar de trabajo, por intensidad y duración. Para ello, se pueden realizar medidas por zonas del lugar de trabajo con un sonómetro, o hacer que el trabajador lleve un micrófono cerca del oído para tener una medida más precisa de la exposición desprotegida al ruido (también conocida como dosimetría).
  2. Seleccione la protección auditiva adecuada y sométase a una prueba de ajuste. El empleador deberá proporcionar una protección auditiva que reduzca la exposición del empleado a un nivel seguro, pero idealmente no inferior a 70 dB. Las pruebas de ajuste de los tapones auditivos determinan si los empleados están recibiendo una protección óptima para su entorno auditivo, si requieren formación adicional o si necesitan un modelo diferente de protector auditivo. Tomemos como ejemplo el sistema de pruebas de ajuste de VeriPro de Honeywell Howard Leight. Este proceso de tres partes comprueba la eficacia del ajuste del tapón de un empleado en cada oído en una gama de frecuencias. El sistema de pruebas de ajuste facilita la obtención de una imagen precisa de las necesidades de protección auditiva de los empleados, ya sea un tapón de oído de mejor ajuste, formación adicional sobre cómo ajustar el tapón o simplemente asegurarse de que el empleado obtiene una protección óptima de sus tapones actuales.
  3. Formación y educación de los empleados. Mediante la formación presencial individual, los empleadores pueden aumentar el nivel de protección auditiva ofrecido a los trabajadores. La adopción de un enfoque personalizado para la prevención de la pérdida de audición también puede educar a los trabajadores sobre la importancia de utilizar tapones para los oídos bien ajustados y cómo insertarlos correctamente. La formación debe incluir también información sobre los efectos del ruido, información sobre los protectores auditivos, una explicación de la prueba de audición e información sobre el propio programa de conservación de la audición.

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